Nudistas en la playa de Las Canteras
No sería por falta de adeptos -sólo hay que darse una vuelta por Maspalomas-, por temor a la policía -la convocatoria era legal-, tampoco por desconocimiento -los principales medios de comunicación lo habían anunciado ampliamente- y ni tan siquiera porque el clima no ayudara -el sol lucía espléndido-. Las razones serían las que fueron pero el caso es que sólo siete ciudadanos acudieron ayer a la playa de Las Canteras, en el tramo de la Cícer, para participar en el Día sin bañador que convocaban la Asociación Naturista de las Islas Canarias (Aniscan) y la Asociación Gran Canaria Naturista (Agracan). Con todo, a juzgar por el número de periodistas que acudieron a cubrir el acto, más del doble que participantes, y de los curiosos que se apostaron en la avenida para contemplarlos, siete decenas aproximadamente, no puede decirse tampoco que la cita fuese un fracaso, pues el asunto, a buen seguro, dará que hablar durante varios días en la ciudad.
El primero en llegar puntualmente a las 10.30, la hora prevista para comenzar la operación "desprendimiento de bañador", fue Francisco Ojeda, presidente de Aniscan y Agracan, que, aparentemente ajeno a los mirones, se tumbó al sol, se sumergió en las procelosas aguas de la zona y hasta jugó a las palas con otro caballero naturista que llegó acto seguido. Más tarde se fue incorporando el resto. Algunos ajenos al gentío que les observaba y otros incómodos -"al final nos han convertido en exhibicionistas, que es lo que no queremos ser", decía uno de éstos últimos. Y no hubo mucho más. Fuera porque apretaba el sol, fuera porque la respuesta no fue la esperada, sobre las 12.00 horas los nudistas concluyeron el acto y se marcharon. Eso sí, no sin antes vestirse convenientemente.
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